Aplaudimos estar vivos

|
Aeropuerto, aeroparque, aeroproblemas.
Ezeiza, monopolio de los cielos,
cementerio de valijas perdidas,
emporio de cafeína y ansiedad.

Papeleo inútil,
burocracia obscena, pornográfica.
¿Estado civil? ¿Ocupación?
¿Ciudad de residencia?
No me alcanza la tinta
para contarte toda mi vida.

Sellito por acá, sellito por allá,
bolsos desparramados, valijas plastificadas.
Nervios, insomnio y Bic Mac.
Rayos X, migraciones y embarque.
¿No puedo pasar este recipiente?
¿Por qué no?

Arranque, carreteo y despegue.
Vos te vas,
tus problemas quedan en casa.
Pilotos, azafatas y cinturones.
Mantenga el asiento
en posición vertical.
Película mala, siesta obligada
a 13.321 metros de altura.
¿Ya llegamos?
Aterrizaje y aplausos
(Aplaudimos estar vivos)

Los primeros minutos
en una ciudad nueva
son desconcertantes,
confusos
y
-sobretodo-
deliciosos.

Viñedos mendocinos

|
Tragate las palabras
una por una
como uvas
si vas a rimar
calma con alma
corazón con razón
dolor con amor
¿Para qué?
Ya lo hicieron
10 mil tipos antes
¡Hasta Calamaro!

Las rimas son ruido,
una cacofonía más,
son estornudos,
manchones de tinta,
acoples de guitarra,
bombas de estruendo,
escalofríos en la espalda.
No las uses.

Tragate las palabras,
una por una
como uvas
si vas a usar algunas feas
que hacen mal al oído
como estrógeno,
escorbuto
inefable
taciturno
forúnculo
papagayo
crustáceo
tinelli

Tragate las palabras,
una por una
como uvas
si pensás escribir te amo
te quiero, te extraño;
si vas a ponerte cursi
y babearme la alfombra.

Tragate las palabras
una por una
como uvas
y tejete una bufanda
con todas las frases hechas,
que estamos en pleno junio
y el invierno va a ser duro.

Nicolás Igarzábal